Era 1984 en Washington D.C.

Todavía estaba fresca en la memoria de los diplomáticos, académicos y el “establishment” americano, que la confidente política de Ronald Reagan, la amiga Margaret Thatcher, le había ganado la guerra por las Malvinas a los generales argentinos.

El periodista Ted Koppel, con su programa “Nightline”, se había “cansado” de entrevistar militares, expertos en defensa y política internacional, que noche tras noche, habían explicado cómo la colaboración militar de los dos aliados de la NATO, haría imposible el triunfo de los generales argentinos, preparados para “otras cosas”, pero nunca para una Guerra contra la NATO. Sigue leyendo